A EJERCITARSE

Propicia el cambio, mejora tus hábitos alimenticios,
abandona el sedentarismo y muévete…A EJERCITARSE mi gente, regálense salud y
calidad de vida.
Desde aquí te ayudaremos a transitar esa ruta, ofreciéndote
recomendaciones y algunos tips sobre ejercicios, nutrición, además de abordar
temas relacionados con los deportes.


miércoles, 22 de octubre de 2014

SACUDE TU METABOLISMO, PRUEBA EL ENTRENAMIENTO CON INTERVALOS

¿Comenzaste un plan de ejercicios para bajar de peso y después de un tiempo has logrado eliminar algunas libras pero te has estancado? Esto es algo que sucede con mucha frecuencia. No te desanimes y presta atención a algunos consejos como el que te presentamos hoy.

La pérdida de peso está asociada a una fórmula en la que la ingesta calórica debe ser inversamente proporcional a las calorías que quemas con la actividad física. En otras palabras, debes quemar más calorías de las que consumes.

Si quieres eliminar más calorías durante una sesión de ejercicios, e incluso garantizar que el aumento de tu metabolismo se mantenga por más tiempo para acentuar el proceso de pérdida de grasa incluso cuando estés en reposo, prueba realizar entrenamientos con intervalos. Así sacarás a tu organismo de esa ¨zona de confort¨ en la que se encuentra.

Los entrenamientos basados en intervalos no son otra cosa que la ejecución alternada de ejercicios a alta y baja intensidad, en los que podemos emplearnos hasta alcanzar 90 por ciento o más de nuestra frecuencia cardíaca máxima en los lapsos más exigentes, seguidos por períodos de recuperación en los que el ejercicio lleve nuestras  pulsaciones a niveles que oscilen entre 50 o 60 por ciento de nuestra frecuencia cardíaca máxima.

¿Cómo calculo mi frecuencia cardíaca máxima (FCM)?. Lo ideal es que sea a través de una prueba de esfuerzo, pero este tipo de test lleva consigo algunas complicaciones dado que requiere de equipo y personal médico.

No obstante, existe una fórmula sencilla para calcular la FCM que ofrece referencias aceptables para los fines de determinar los parámetros del entrenamiento. De acuerdo a la fórmula en cuestión  la FCM se calcula de la siguiente forma: 220 – EDAD. Es decir, que la FCM para una persona de 45 años sería de 175 pulsaciones por minuto.

Este cálculo, que tiene un margen de error de unas 10 a 15 pulsaciones por minuto, presenta una variación para aquellas personas con más de 30 por ciento de grasa corporal. En tal sentido, un individuo con esas características debe calcular su FCM usando la siguiente fórmula: 200-(0,5 X edad), lo que quiere decir que para una persona de 45 años su FCM es de 178 pulsaciones por minuto.
Es importante destacar que para iniciar un sistema de entrenamiento interválico, debes asegurarte de haber construido una buena base, en la que la resistencia aeróbica es fundamental para poder mantener la correcta ejecución del ejercicio durante la fase de mayor exigencia.

Otro aspecto a considerar es la relación entre el período de alta intensidad y el período de recuperación, haciendo la salvedad de que este último siempre debe ser activo. Esta proporción será determinada por el nivel de exigencia del ejercicio y por la forma física del individuo, aunque es frecuente usar la relación 1-3, en la que 1 representa el período de alta intensidad y 3 el de recuperación. Bajo esa estructura un ejercicio que se mantenga por un lapso de 2 minutos a una alta intensidad, será seguido por lapso de 6 minutos de ese u orto ejercicio a moderada o baja intensidad.

Lo recomendable es que los períodos de alta intensidad no sobrepasen los 5 minutos de duración. De igual forma, una sesión de entrenamiento con intervalos debe durar entre 25 a 40 minutos que incluyan el período de calentamiento y vuelta a la calma. Además, mi consejo es que este tipo de trabajo se incluya una o dos veces dentro del plan semanal, dejando por lo menos 48 horas entre dos sesiones interválicas.

Los entrenamientos bajo la modalidad de intervalos pueden realizarse con diversos ejercicios, aunque son más comunes ejecutarlos en bicicleta, elíptica, cinta de correr, natación o carrera. También puede aplicarse en acciones que involucren saltos, subir y bajar escaleras, sentadillas o abdominales.

En resumen, aprende a jugar con los cambios de ritmo. No te ejercites siempre a la misma intensidad, con la modalidad que hemos explicado sacarás mejor provecho y harás menos monótona tu rutina. 

jueves, 13 de febrero de 2014

5 CONSEJOS PARA EVITAR LESIONES

En una de nuestras publicaciones anteriores ofrecimos varias recomendaciones a quienes se inician en la práctica de la actividad física. Hoy, presentamos algunos consejos para te apartes de errores que podrían traer consigo las indeseables lesiones.

1) Calienta.

Antes de iniciar cualquier sesión de ejercicios, es importante que prepares tu cuerpo para la actividad que vas a realizar. Para ello debes comenzar con movimientos moderados que permitan elevar la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, de forma que cuando realices la acción planificada tu organismo esté listo.

El calentamiento debe incluir una primera fase de activación que por lo general incluye trotes suaves, trotes suaves con cambios de dirección o trotes suaves combinados con movimientos articulares del tren superior.

2) Estira.



Estirar es parte importante del calentamiento, ya que con ello se estimula a músculos y tendones a abandonar la rigidez propia del estado de reposo.

Además, según lo expresa elocuentemente el licenciado en Educación Física y profesor de la Universidad de Antioquia, Luis Alberto Pareja Castro, en su artículo El calentamiento: estructura y contenido,  ¨Los estiramientos provocan mejores respuestas funcionales si se realizan a continuación del aumento de la temperatura corporal, ya que ésta disminuye la viscosidad muscular y permite, así, una mejor elongación de la musculatura¨.

También es altamente recomendable activar los grupos musculares que intervendrán directamente en la actividad planificada.

3) Enfría.

Enfriar es tan importante como calentar. El enfriamiento o ¨cooldown¨ busca llevar gradualmente al organismo a la normalidad, al estado en el que se encontraba antes de iniciar el ejercicio. Para ello se recomiendan movimientos suaves, desplazamientos lentos que permitan bajar la frecuencia cardíaca y la realización de ejercicios de estiramiento.

4) Ve paso a paso.

Nunca debes olvidar que si tu objetivo es reducir peso o alcanzar una mejor condición física, los resultados se logran de manera gradual. El progreso no es inmediato. Ten paciencia, la prisa redundará inevitablemente en una lesión que podría paralizar tu entrenamiento y por ende tus metas estarían más distantes.
Consulta con un profesional para que te orientes sobre la frecuencia, volumen e intensidad con la que debes ejercitarte.

5) Cuida las posturas.





La incorrecta ejecución de algunos ejercicios es con frecuencia causante de lesiones. Adopta la postura adecuada para cada ejercicio y recuerda que en caso de que estés trabajando con peso, no debes sacrificar la técnica de ejecución por el capricho de incrementar la carga.


jueves, 30 de enero de 2014

UNA RAZON DE PESO PARA EJERCITARSE



Muchas personas se preguntan por qué ejercitarse. Otros sencillamente cuestionan  a los que dedican parte de su tiempo a la actividad física, mostrando un total desconocimiento de los beneficios que  aporta a la salud.

Son numerosas las razones por las cuales toda persona debería separar en su agenda de 20 a 30 minutos diarios para hacer ejercicios. Hoy exponemos solo uno de esos motivos, que por su naturaleza representa una razón de peso suficiente para tomar la decisión de activarse.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad ocupan la quinta casilla entre los principales factores de riesgo de defunción en el planeta. Anualmente fallecen 2,8 millones de personas adultas por esta causa.

Además, la OMS subraya que 44% de las personas con diabetes se lo deben al sobrepeso y la obesidad. Esta condición que se ha apoderado del planeta gracias al sedentarismo y a la alta ingesta de alimentos ricos en grasa, sal y azúcares, propicia 23% de las cardiopatías isquémicas y tiene una incidencia calculada entre un 7 y un 41% en la formación cáncer.

No menos alarmantes resultan los hallazgos de este organismo que para el año 2008 estimó que 1400 millones de adultos mayores de 20 años se encontraban en sobrepeso, de los cuales sobre 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres se encontraban en el rango de obesidad.

Para el año 2010, la OMS alertó que aproximadamente 40 millones de niños menores de cinco años se encontraban en sobrepeso. Un niño obeso tendrá mayor probabilidad de ser obeso en su edad adulta, por lo que será firme candidato a sufrir discapacidad y a una muerte prematura.

La Organización Mundial de la Salud ha establecido un parámetro para determinar cuándo una persona es obesa o se encuentra en los límites del sobrepeso. Para ello estableció como guía el Índice de Masa Corporal (IMC), que no es otra cosa que un indicador que establece una relación entre el peso y la estatura de la persona.

Para calcular el IMC se divide el peso en kilogramos de una persona entre el cuadrado de su estatura en metros. De allí que un individuo con un IMC mayor o igual a 25 Kg/m2 se considera en sobrepeso y uno con un IMC superior o igual a 30 Kg/m2 es obeso.


Si te alarmó el resultado del cálculo de tu IMC es razón suficiente para iniciar un cambio. Actúa. La obesidad y el sobrepeso pueden combatirse. Abandona el sedentarismo, muévete, consulta con tu médico si estás apto para iniciar un programa de acondicionamiento físico y cambia tus hábitos alimenticios.

martes, 7 de enero de 2014

EJERCICIOS EN EL AGUA, UNA BUENA ALTERNATIVA

La flotabilidad reduce o elimina el impacto
Los ejercicios en el agua representan una buena alternativa sobre todo para las personas con exceso de peso, para aquellas con artritis, problemas en articulaciones o tejido conectivo , ya que la densidad del medio y el efecto de la flotabilidad disminuyen considerablemente el impacto.


Además, la actividad en el agua permite mayor amplitud de movimientos al tiempo que obliga al trabajo uniforme de grandes grupos musculares tanto del tracto inferior como del superior, mejorando así la resistencia y fortaleza.

Actividades como el spinning también se pueden realizar en el agua
El hecho de que el trabajo muscular sea mayor implica que el requerimiento de oxígeno se incrementa, razón por la cual esta modalidad de actividad física es un estupendo ejercicio aeróbico.


Cuando te ejercitas dentro del agua la demanda calórica es superior que cuando lo haces fuera. Se estima que en una hora de ejercicios acuáticos puedes quemar un promedio de 500 calorías, cerca del doble de lo que quemarías en una hora de caminata.


Un aspecto que vale la pena resaltar es que no tienes que saber nadar para hacer rutinas de ejercicios en el agua que no te causarán molestias o dolor y te permitirán ejercitarte a mayor intensidad durante más tiempo con menor esfuerzo.