Muchas personas se preguntan por qué ejercitarse. Otros
sencillamente cuestionan a los que
dedican parte de su tiempo a la actividad física, mostrando un total
desconocimiento de los beneficios que aporta a la salud.
Son numerosas las razones por las cuales toda persona debería
separar en su agenda de 20 a 30 minutos diarios para hacer ejercicios. Hoy
exponemos solo uno de esos motivos, que por su naturaleza representa una razón
de peso suficiente para tomar la decisión de activarse.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el
sobrepeso y la obesidad ocupan la quinta casilla entre los principales factores
de riesgo de defunción en el planeta. Anualmente fallecen 2,8 millones de
personas adultas por esta causa.
Además, la OMS subraya que 44% de las personas con diabetes
se lo deben al sobrepeso y la obesidad. Esta condición que se ha apoderado del
planeta gracias al sedentarismo y a la alta ingesta de alimentos ricos en
grasa, sal y azúcares, propicia 23% de las cardiopatías isquémicas y tiene una
incidencia calculada entre un 7 y un 41% en la formación cáncer.
No menos alarmantes resultan los hallazgos de este organismo
que para el año 2008 estimó que 1400 millones de adultos mayores de 20 años se
encontraban en sobrepeso, de los cuales sobre 200 millones de hombres y cerca
de 300 millones de mujeres se encontraban en el rango de obesidad.
Para el año 2010, la OMS alertó que aproximadamente 40
millones de niños menores de cinco años se encontraban en sobrepeso. Un niño
obeso tendrá mayor probabilidad de ser obeso en su edad adulta, por lo que será
firme candidato a sufrir discapacidad y a una muerte prematura.
La Organización Mundial de la Salud ha establecido un
parámetro para determinar cuándo una persona es obesa o se encuentra en los
límites del sobrepeso. Para ello estableció como guía el Índice de Masa
Corporal (IMC), que no es otra cosa que un indicador que establece una relación
entre el peso y la estatura de la persona.
Para calcular el IMC se divide el peso en kilogramos de una
persona entre el cuadrado de su estatura en metros. De allí que un individuo
con un IMC mayor o igual a 25 Kg/m2 se considera en sobrepeso y uno con un IMC
superior o igual a 30 Kg/m2 es obeso.
Si te alarmó el resultado del cálculo de tu IMC es razón
suficiente para iniciar un cambio. Actúa. La obesidad y el sobrepeso pueden
combatirse. Abandona el sedentarismo, muévete, consulta con tu médico si estás
apto para iniciar un programa de acondicionamiento físico y cambia tus hábitos
alimenticios.