Muchas personas, incluso aquellas que por prescripción
médica deberían hacer actividad física, la eluden escudándose en sus múltiples
responsabilidades domésticas, académicas o en una apretada agenda de trabajo.
La falta de tiempo es una de las excusas más comunes que
bloquean el camino hacia un estilo de vida saludable.
No obstante, ese obstáculo puede sortearse más fácil de lo
que piensas poniendo en práctica algunas de las siguientes recomendaciones:
Estructura tu día dando al ejercicio el mismo valor que le
otorgas a un examen, una junta de trabajo o a cualquiera de los oficios del
hogar. De esta forma, al establecer las prioridades del día hay menos
probabilidades de que tu rutina de ejercicios quede fuera del calendario.
Habrá ocasiones en que tu sesión de acondicionamiento físico
será más corta y otras en las que tendrás más amplitud para desarrollarla, pero
siempre tendrás tiempo para hacerla. Planificación es la clave y recuerda que
es mejor poco que nada.
Por la mañana es la mejor hora para ejercitarse, no solo por
los beneficios que aporta esta actividad para el organismo en especial si
deseas perder peso, sino porque reduces la posibilidad de que por la tarde o
noche, decidas acortar tu rutina o simplemente no hacer nada después de un
agitado día.
Comienza con un plan que incluya de dos a tres sesiones por
semana y a medida que vayas adquiriendo mejor condición, incrementa la cantidad
de días en los que haces ejercicio, pero no olvides que un par de días de
descanso permitirán que tu cuerpo asimile mejor el trabajo.
No le des más largas. Toma tu agenda y haz que la alarma de
tu celular te indique que llegó la hora de activarse. Hoy es un buen día para
arrancar.
muy interesante y sobre todo motivador para mí
ResponderEliminarGracias por visitar nuestro blog. Que bueno saber que estas líneas te han estimulado. Espero que me informes sobre tus primeras sesiones de ejercicio. Si estás decidida a empezar y no sabes como hacerlo, podemos diseñar una rutina par ti
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